Saludo
El tema central de la exposición era el intento de plasmar la literatura mediante la expresión pictórica. El título: Dibújame un poema, resume la intención de materializar la poesía. Para la exposición un grupo heterogéneo de poetas, cuentistas, novelistas, periodistas, traductores, profesores y cineastas colaboró escribiendo un poema (o un relato) sobre cada cuadro. De ese modo el receptor contempla un cuadro que ha querido dibujar un poema y un poema que ha querido esbozar un cuadro.
Y a Rafael Lassaletta principal promotor de esta exposición.
Y por supuesto, a todos los que han colaborando escribiendo un poema...
Si pudiera dejar de escribirte
200 euros (vendido)
CÓMO DEJAR DE ESCRIBIRTE
¿Cómo dejar de escribirte
ahora que sé que tus labios
son un tango,
malevaje de otros besos,
de silencios y rotos?
Mi mano desdibuja sobre el lienzo
todo cuanto inauguras
con palabras que giran
alrededor de mi corazón
que derrama tacones de siempre.
Es verdad que el agua te diluye en aquellos momentos en los que tu dedo índice iba marcando mi espalda llena de escalofríos. Llega esta noche hasta mi sudor, que impregna esta piel cansada de manchar paredes con el rastro del olvido. Sube mis caderas y piérdete en la intemperie que ofrece este espejo que te señala como el único superviviente de tanta tristeza heredada.
Y que arrastres tus pies por la alcoba
o llegues, como un sueño,
en la calima del mediodía
porque no puedo dejar de escribirte.
No trazar más tu nombre
en el reverso de mis manos;
no seguir la grafía,
el indicio de tu cuerpo proyectado
en todas las baldosas
que desgasta mi lengua que te escribe,
que te escribe sin quererlo,
que promete que será la última vez
y yo sé que miente tanto...
CARMEN MORENO
Belleza
Cette beauté
penchée sur ses pensées
rêve de liberté
délicate et captive
elle pleure sur la vie
et susurre le bonheur
Beauté si grave
Beauté si chère
Beauté si éphémère
Enserre moi dans ton jardin d'Eden
DOMINIQUE LE RUMEUR
inclinada sobre sus pensamientos
sueña con la libertad
delicada y cautiva
llora por la vida
y susurra la felicidad
Belleza tan seria
Belleza tan querida
Belleza tan efímera
Enciérrame en tu jardín del Edén)
Sujeto al objeto
LAS PIEDRAS FLOTAN
Las piedras flotan
En un mar de tiempo:
No hay otros infiernos que los paraísos perdidos
RONALDO MENÉNDEZ
Dentro de mi universo
DENTRO DE MI UNIVERSO
Conozco un kebab donde preparan las pitas de forma insólita. A pesar de haber tres camareros, jamás trabajan por separado. Por ejemplo, cuando le pido un falafel al primer camarero, éste se lo comunica al segundo, y éste, a su vez, al tercero. Suele ser el tercero quien saca de la nevera la pasta de garbanzos; el segundo el que la hace bolitas y el primero el que calienta la sartén. El tercero tuesta el pan, el que se encargaba de freír las bolitas lo saca del tostador y el que había sacado la pita de la bolsa para dársela al del tostador retira la sartén del fuego. El primero recoge el pan de las manos del que había amasado las bolitas para introducirlo en un lecho de papel muy fino sostenido por el que había sacado la pasta de la nevera, y a continuación los tres se dirigen a la mesa de la ensalada y las salsas con las bolitas crujientes formando un triángulo sobre un platillo de aluminio y la pita abierta. El segundo prepara el fondo de ensalada; el primero coloca las bolitas sobre la cebolla y la esponjosa lechuga, y el tercero adereza con salsa blanca mientras el primero y el segundo parten un limón. Todo esto lo hacen como si cualquier movimiento brusco y desconsiderado hacia la comida fuera a pudrirla. Da gusto verlos. Cuando el tercero, sonriente, me alcanza el falafel, tengo la sensación de que voy a llevarme a la boca unas flores delicadas. Luego, al pagar, es el que ha metido el pan en el tostador quien coge mi billete; el que ha frito el falafel quien lo lleva a la caja y el que ha echado las gotas de limón sobre la salsa quien me devuelve el cambio. No necesitan intercambiar palabra alguna para repartirse tan minuciosa y arbitrariamente la faena, sin confundir nunca su mínima función y sin que sea siempre el mismo el encargado de los idénticos gestos, que supongo tendrán estipulados por su repetición. ¿He de decir que todavía no he logrado distinguir a los camareros?
Los juegos de la espera
Te cuelo la leche caliente y tú, mientras,
me calas los huesos,
me encuentras con naipes marcados,
con cuentos, cosquillas y cosas;
me cantas tarantos, me tientas, me tiemblas,
me esperas un tren de verano,
con tinto, sorpresa, sandalias,
calor, cervecita, ricitos del pelo,
que buscan mis dedos que esconden secretos,
que tiran los dados tan lejos del juego,
perdiendo los tiempos, la lluvia, la espera de trenes
que tienen tus ojos mirando mirarte tu cuerpo y
Te juegas los labios
enjuagando tus jugos, jugando a esconderlos
con tu dominó, domisil, dominar, dominado
dormido en tu duda caliente y febril y
aburrida bostezas tu labio que abre la vida y que besa la piel,
que me pela las pipas, que se come con piel la manzana prohibida,
prohibiendo que pese tus besos,
guardándote un as en la manga
y hablando entre brumas de sueño y cigarro
diciendo muy seria que no, que no quiero esperarte
ni espero quererte ni quiero
tu leche caliente colada y tus juegos,
ni que me cales los huesos
ni que me encuentres marcando los naipes
mientras te espero.
Mujer rota
SE ME HA ROTO UNA MUJER EN EL CAMINO
Se me ha roto una mujer en el camino
y he recogido sus trozos
labios mandíbula
corazón libélula
alas benditas
de peso y púrpura.
El cristalino de Clarice
porque el amante de Duras,
curva dorada de letra hirviente.
Las manos llenas
de herida ajena
poso mis pechos
(la brevedad)
sobre el collage:
ahora es cuando todos
venimos a formar
la misma vida;
sirve el jirón,
hermoso corte de pelo
de tu escritura.
Cuando parece Bogotá
Bogotá es una realidad
uno a la vera del otro
y miramos por la ventana
entonces llega el olor
a
ROBERTO TERÁN
Serie: El bosque de las palabras
EL ESPEJO DEL BOSQUE DE LAS PALABRAS
La dolorida llama de tu pelo
en el verde de los árboles asustados
del bosque vallado,
como indios de la reserva.
Sobre el verde indeciso de la tarde
en que Miguel cuenta historias de fantasmas
tu rojo es una trampa de Rossetti
donde llora inaceptable la melancolía de la permanencia:
las esquinas oscuras de los segundos
conocen de los toboganes con filo de las horas.
Todo tan visto.
La novedad es una mano que toca la tierra
un rectángulo que enmarca la mano, precisa,
con una rama pequeña; "¡exacta!",
dice el estruendo de un eco.
Tan nuevo lo que se oculta y es; de siempre,
dejado al sol la lluvia el silencio
el crepitar oscuro de la vida en lo olvidado:
un arma cargada, no una trampa.
El anuncio fue en el bosque.
Al salir la mano de la tierra
empuñaba la pequeña puerta al universo.
Por un instante fue un silencio como de hablar todos.
Ahora nos miramos en el cuadro
como en un espejo.
RAFAEL LASSALETTA
EL BOSQUE SECRETO
El curso, tus manos,
sigue un encuentro.
mucho más allá
de la constelación que hilvanas, vuelo
y alcanzo el vórtice del tiempo
dónde juntos naufragamos
ciega intención, hondo silencio.
Me abandono una vez más
en el bosque de este lienzo
(46 x 38)
100 euros (vendido)
Es octubre en el bosque
las palabras tiemblan
junto a las hojas
muertas
CORADINO DE LA VEGA
El bosque de las palabras IV
La niña salió del bosque corriendo con todas sus fuerzas y no se detuvo hasta cruzar la valla de su casa. Cuando recuperó el aliento, entró hasta la cocina. Su madre, que estaba preparando el almuerzo, al verla llegar emitió un gruñido cargado de enfado: otra vez traía el vestido manchado de tierra. La pequeña puso cara de traviesa y con otro gesto se disculpó. En el salón, el padre descansaba después de un duro día de trabajo en el campo. Golpeó el suelo con su bota embarrada; la niña acató la orden y se presentó ante él para recibir otra regañina. Con una tosca mirada de cariño y un gesto inquisitivo mezcla de temor y enfado, el hombre señaló el bosque prohibido a través de la ventana. La niña negó con la cabeza hasta que su padre se quedó tranquilo, corrió hasta su habitación y se escondió bajo la cama. Sabiéndose a salvo, sacó su tesoro del bolsillo del vestido. El fruto amarillento estaba demasiado maduro para ser apetitoso pero a ella le dio igual. Tras contemplarlo unos segundos se lo echó a la boca, paladeó su extraño dulzor y se lo tragó. Entonces cerró los ojos y esperó ansiosa. Y esperó. Y cuando empezaba a pensar que no pasaría nada, como un bostezo una nueva palabra fluyó incontenible hasta sus labios, "libélula" se oyó decir, y supo cómo llamar a sus bichos favoritos.
MARCO A. GARCÍA
Lo que me queda del mar
200 euros (vendido)
La becaria sonrió sin disimulo, y el tribunal se ajustó las gafas.
– Díganos entonces.
– Desapareció entre las rocas, persiguiendo un alcatraz. Llevaba en la piel el salitre de otros mares, de otro mar. Lo noté enseguida. En su pecho, el sol plomo reverberaba con ecos de una boca que no era mía. Cayó y en el agua su cuerpo hizo una diminuta explosión. Y luego se convirtió en un hoyo de espuma, cada vez más pequeño, cintado de recuerdos oscuros y concéntricos que se doraron cuando levanté la vista al horizonte (abajo lo esperaban sirenas). Yo me arriesgué a descender el acantilado y en el borde de las rocas flotaban cosas suyas y luego nuestras y luego mías. Recogí delicadamente hojas aceitosas, apuestas perdidas, un naipe marcado con su firma ambigua. Algún hilo metálico y mojado que escribía su nombre (y susurraba un viento celoso), madera, esa camisa que dejé de ponerme cuando llegó. Animales que me sacaban la lengua y palabras esponjosas, negras, pero brillantes. Apilé todo en mi regazo desnudo y subí, subí. Arriba, miré al sur, a las suaves praderas verdes que ascendían, y no di las gracias, pero canté. Sí, así mismo, canté. Fuerte. Cumpliré con un sueño. Con cualquier otro sueño.
Un silencio seco. El tribunal inclinó la cabeza hacia delante, habló con voz mugrienta.
– ¿Cómo sabe usted todo esto?
– Me lo ha contado el mar.
MIGUEL MARQUÉS
Serie: Sueños
LES ÉTOILES TOMBENT
Les étoiles tombent dans mes yeux
Désirs. Nuits. Je te vois tous les jours
Tu me parles et moi je tire tes cheveux
magnifiques, comme dans ce film de Michel-Ange
Antonioni, l’avventura, je tire des cordes, longues,
me répondent des cloches
lointaines d’un village entier
suspendues
dans l’air
MASSIMILANO DE SERIO
(Las estrellas caen sobre mis ojos.
Deseos. Noches. Te veo todos los días
tú me hablas y yo tiro de tu pelo
magnífico, como la película de Michel-Ange
Antonioni, l’avventura, tiro de las cuerdas, largas,
me responden las campanas,
lejanas de un pueblo entero,
suspendidas
en el aire)
JULIET
Wilt thou be gone? it is not yet near day:
It was the nightingale, and not the lark,
That pierced the fearful hollow of thine ear;
Nightly she sings on yon pomegranate-tree:
Believe me, love, it was the nightingale.
-Te añoro desde que existo.
-Un pájaro canta en la madrugada. Es la marca. Cartografía de paso es
-Cuando era niña te imaginaba
-el extremo del placer. Filomela muda hecha Ruiseñor.
-paseando por besos de otros. He buscado labios
-y el deseo nada santo de Tereo lo torna en Abubilla.
-y algo indescifrable es que a veces tengo toda la fe
-Travesía en la madrugada. Te has lanzado a
-de encontrarte un día de nuevo. ¿En agosto, podría ser?
-encontrarte, imaginar tu canto en ese mar blanco.
AMALIA ORTIZ DE ZÁRATE F.
Te toca tocarme
PAPEL PINOCHO
La Mimosa Púdica se esconde,
extremadamente sensible,
bajo el papel pinocho.
Afuera está lloviendo,
otra vez,
y ella baja sus párpados hacia el acantilado.
Han pasado mis dedos
temblorosos
por su rostro
queriendo decir
algo significativo
y no,
la mujer amante
no,
la mujer doliente
mira diabla
y muerde
un mundo rojo,
esperanzado,
pero no me habla.
No desisto aún,
le traigo
un cuenco de arena del desierto
y se lo enseño,
traigo la hierba verde de los campos,
el cielo casi oscuro del eclipse.
Y no me habla.
De pronto observo:
su perfil caído,
su irónica nostalgia;
se está riendo.
Temo que guarde algún secreto
perpendicular,
agarrado a la pared del dormitorio.
Apago la luz.
Sigue lloviendo,
una vez más.
Le pesa la belleza nonata de su vientre,
igual que me pesa a mí el mundo
en los días mojados de la primavera.
LARA MORENO
Amor al arte
PERO NADA
Pero nada consigo crear
que el viento no se pueda llevar
JACOBO PULGAR